Si echamos la vista atrás, podemos ver cómo en nuestro país ha habido un cambio significativo desde las primeras experiencias digitales en nuestras aulas en la época de los 90. En ese momento, la tarea primordial estaba centrada en las habilidades básicas de informática, ya que los dispositivos digitales se comenzaban a usar y eran novedosos, pero el gran avance tecnológico que hemos sufrido en las últimas tres décadas nos ha obligado a establecer una nueva estrategia relacionada con la digitalización. Desde el comienzo de la década del 2000 el Parlamento Europeo reconoció a la Competencia Digital Docente como una de las ocho competencias para el aprendizaje permanente del profesorado.
El siguiente paso era establecer un Marco de Competencia Digital Docente que llegó, por primera vez, de la mano del INTEF (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado) en la primera década del 2000 de acuerdo a las políticas educativas europeas. En este lento desarrollo normativo irrumpió la crisis del COVID- 19 en nuestras aulas forzando la transformación digital de las mismas y de los docentes, evidenciando la brecha digital que existe en nuestro alumnado y la falta de dotación tecnológica de muchos centros. Apenas dos años después de la pandemia, ya disponíamos de un nuevo Marco de Referencia de la Competencia Digital Docente de acuerdo al Plan de Educación Digital de la Comisión Europea y actualizado tras la pandemia para poder dar respuesta a los nuevos escenarios a los que hubo que enfrentarse sobre todo relacionados con la formación online o híbrida.
Este Marco describe las competencias digitales de cualquier docente de las enseñanzas reguladas en la LOMLOE a lo largo de las distintas etapas de su desarrollo profesional, independientemente de la materia, de la etapa o del tipo de enseñanza que imparta. Por lo que nos encontramos con un documento que tiene carácter general y está estructurado a partir de las funciones que desempeñan todos los docentes. Este marco es, a su vez, una adaptación del marco europeo (DigCompEdu) por lo que mantiene la misma estructura y las competencias de éste, encontrando seis áreas y veintidós competencias que se encuentran organizadas en tres bloques, según su relación con la competencia profesional, la pedagógica o aquellas competencias necesarias para el desarrollo de la competencia digital del alumnado. En el siguiente cuadro del INTEF podemos ver la relación de cada una ellas.
Como vemos, el núcleo pedagógico de este Marco lo constituyen las áreas 2 a 5 y en ellas se recogen las competencias que todo educador debe poseer para fomentar estrategias de aprendizaje efectivas, inclusivas e innovadoras, utilizando herramientas digitales.
A su vez, la competencia digital docente se gradúa en seis niveles que mantienen la nomenclatura establecida en el MCER. Estos niveles reflejan la carrera profesional docente además de implicar la práctica en el aula y el conocimiento tecnológico, pedagógico y del propio contenido. Estos niveles los tenemos recogidos en la siguiente infografía del INTEF.
Según establece el Joint Research Centre, los Noveles (A1) han tenido muy poco contacto con herramientas digitales; necesitan orientación y estímulo para ampliar su repertorio. Los Exploradores (A2) han comenzado a utilizar herramientas digitales, aunque sin seguir un enfoque integral o coherente. Necesitan estímulo, perspectiva e inspiración para desarrollar sus competencias. Los Integradores (B1) prueban herramientas digitales con diversos propósitos, tratando de entender qué estrategias digitales funcionan mejor en cada contexto. Los Expertos (B2) utilizan diversas herramientas digitales con confianza, de manera creativa y crítica, con el fin de mejorar sus actividades profesionales. Usan la experimentación para ampliar, estructurar y consolidar su repertorio de estrategias. Los Líderes (C1) cuentan con un amplio repertorio de estrategias digitales flexibles, completas y eficaces. Son una fuente de inspiración para otros. Los Pioneros (C2) cuestionan la idoneidad de las prácticas digitales y pedagógicas contemporáneas, en las que ellos mismos desempeñan el papel del líder. Lideran la innovación y son un modelo para los docentes más jóvenes.
Si quieres conocer tu nivel de competencia digital docente puedes utilizar la herramienta gratuita SELFIE FOR TEACHERS, que al igual que vimos con la herramienta SELFIE para ayudarnos con la elaboración del Plan Digital de centro en el anterior post, esta herramienta está diseñada para que los docentes pueden comprender en qué punto se encuentran en la utilización de la tecnología digital en su trabajo y puedan identificar si necesitan más formación, información o apoyo y en qué áreas y competencias específicas. Como habrás adivinado esta herramienta es esencial para realizar un diagnóstico del personal docente de un centro educativo y la proposición de una estrategia digital. Todas las Comunidades Autónomas ya cuentan con cursos de acreditación hasta el nivel B2, recientemente la Comunidad de Castilla y León ha abierto la acreditación para el nivel C1 y estará abierta la inscripción hasta el próximo 15 de septiembre.
Espero que este pequeño resumen te haya servido de ayuda para entender mucho mejor por qué debemos certificar nuestra competencia digital y cuál es su marco normativo. No debemos olvidar que la acreditación de la competencia digital de los docentes es un elemento esencial en la transformación de nuestro sistema educativo, puedes obtener más información en la página de Competencia Digital del INTEF. Con muchas de las entradas que encontrarás en Simbiosis puedes ir mejorando tu competencia digital, no te olvides de echarle un vistazo al repositorio.
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