Proyecto Simbiosis

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Enseñar sobre el cambio climático…

Maria Victoria Castillo Arnedo

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Enseñar sobre el cambio climático…

Maria Victoria Castillo Arnedo

… en una sociedad al mismo tiempo sensible y exaltada.

Enseñar sobre el cambio climático es un desafío al que nos enfrentamos los profesores de biología en la actualidad. El desafío debería ser motivar a nuestro alumnado adolescente para implicarse en buscar soluciones y estudiar al máximo posible para ser quien nos saque del monumental problema en el que nos hemos metido.

Sin embargo, a ese reto, ya de por sí difícil, se añade un panorama social y político que incluye partidos políticos negacionistas y unas redes sociales conspiranoicas con locas teorías como la que afirma que los “chemtrails” están provocando la sequía.

Al mismo tiempo lidiamos con alumnos de 12 a 18 años, muchos de ellos bastante desmotivados y poco preocupados por la ecología, y debemos movilizar sus conciencias… pero teniendo cuidado de no quitarle el sueño a ese porcentaje de alumnos y alumnas que ya venían preocupados de casa y que cuando les relatas las consecuencias del calentamiento global te dicen: “¡¡¡madre mía profe, es horrible, menudo panorama!!!”, con la cara completamente desencajada.

Enseñar sobre el cambio climático en una sociedad al mismo tiempo sensible y exaltada.

Y con ese reparto, salimos a escena. Eso sí, la certeza es una: Debemos enseñar sobre el cambio climático y sobre el resto de problemas ambientales. No solo porque es nuestra obligación como docentes ya que está en la ley educativa, sino porque es nuestro deber moral como científicos y como educadores. La sociedad del mañana está en nuestras aulas. Toda ella, con sus líderes y sus votantes.

Y de nosotros depende que se formen espíritus críticos, capaces de pensar por sí mismos. En buena medida está en nuestras manos que sean sensibles al daño ecológico que ocurre a su alrededor y que sean ya desde hoy parte de la solución o parte del problema. Sí, ya lo sé, me vais a decir que somos un granito de arena en un mar…. pero no podemos dejar de lado nuestro deber. Veamos entonces cómo hacerlo.

Basar la enseñanza en evidencia científica

Ante todo nuestras enseñanzas deben estar basadas evidencia científica sólida y conviene tener esa evidencia a mano. De este modo no solo estaremos dando unas mejores clases y nos sentiremos más seguros, sino que seremos capaces dar respuesta rápida a cualquier reclamación o negativa que encontremos en nuestros interlocutores o sus familias.

La comunidad científica mundial está de acuerdo en esto, el cambio climático está más que demostrado y nosotros somos los causantes, así que no será difícil encontrar información que lo pruebe por ejemplo en los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) u otros documentos mucho más divulgativos como los puestos a disposición del público por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) .

Si somos capaces de explicar de una manera sencilla y en pocas palabras los datos que damos y de dónde los hemos extraído, estaremos fomentando el pensamiento crítico en nuestros alumnos y alumnas. Ademas, entenderán que no tienen que creernos simplemente por ser sus profesores, sino porque pueden evaluar nuestras fuentes. De este modo, invitándoles a evaluar siempre sus fuentes y ayudándoles a distinguir entre lo que es ciencia y lo que son teorías infundadas, colaboramos a construir ciudadanos críticos capaces de pensar por sí mismos en el futuro..

Os enlazo, en este punto un video de Quantum Fracture muy útil para ver en clase con un nivel como de 4º de ESO o 1º de Bachillerato. Les da muchos argumentos para debatir con aquellos que dudan de la existencia del cambio climático y es muy gratificante que puedan entender las explicaciones complejas que se dan en el video gracias a lo que han ido aprendiendo en su vida como estudiantes de ciencias, como los isótopos, la correlación, etc…

Abordar las teorías de conspiración

El pensamiento crítico es fundamental porque es una de las herramientas que puede salvarnos de uno de los mayores peligros de nuestro tiempo: la desinformación.

Las redes sociales difunden ideas mucho más atractivas y mucho más fáciles de entender (por erróneas) que las que nosotros enseñamos en clase. Sería imposible abordar todas estas teorías una por una e intentar desmontarlas porque no paran de proliferar, lo único que podemos hacer es enseñarles a pensar y ayudarles a formarse una opinión crítica, brindando a los estudiantes las herramientas necesarias para evaluar la veracidad de estas pseudociencias, contrastando información con fuentes fiables y rigurosas.

Además la LOMLOE nos invita activamente a ello en el criterio de evaluación “2.2 Reconocer la información sobre temas biológicos y geológicos con base científica, distinguiéndola de pseudociencias, bulos, teorías conspiratorias y creencias infundadas y manteniendo una actitud escéptica ante estos.“

Evitar la ecoansiedad

Y al mismo tiempo que enseñamos sobre el cambio climático, sus causas y consecuencias, como decía, veremos como algunas caras se van quedando blancas y como algunos incluso expresan que no van a dormir esa noche…. Eso ya tiene nombre: Ecoansiedad.

Yo la siento… muchos profes de biología, que en general somos gente especialmente preocupada por los problemas ambientales, la sentimos. Algunos incluso, me comentaban por Instagram cuando pregunté para documentarme para este artículo, sienten que les incapacita. Les dificulta a la hora de investigar, porque les entristece lo que leen. O les entorpece en el ejercicio docente porque no se siente cómodos hablando de ello en clase porque sienten que están contando una historia de terror a los chavales….

La ecoansiedad es un sentimiento cada vez más común pero hemos de ser conscientes de que no es algo patológico y de que hemos de aprender a lidiar con ella, a manejarla y a reconducirla para continuar adelante.

Una forma de ayudar a nuestro alumnado a manejar su ecoansiedad puede ser plantearles qué pueden hacer ellos y ellas para ser parte de la solución y no del problema. El cambio climático está ahí, eso ya no tiene vuelta atrás, pero podemos levantar el pie del acelerador. ¿Cómo? El decrecimiento es la clave. Hablo del decrecimiento desde un punto de vista técnico, no político, para ello os dejo enlazada una entrevista al físico y matemático Antonio Turiel sobre el tema que realmente merece la pena. Espero que os guste.

Promover la acción y la participación ciudadana

Por último deberíamos hablar de promover la acción y participación ciudadana. Tanto aquellos que sientan ecoansiedad como los que no, todos, alumnos y profesores, debemos involucrarnos en la lucha contra el cambio climático. Todos podemos ser agentes de cambio, participar en proyectos y actividades que promuevan la sostenibilidad e influir en nuestro entorno. La adolescencia es una etapa de la vida en la que se está fraguando nuestra escala de valores. La colaboración, el respeto por la naturaleza, la empatía…. son grandes valores que desde el aula de biología podemos ayudar a fomentar para mayor bien del planeta y de todos los seres.

Para terminar algunos recursos del repositorio

Para terminar he seleccionado algunos recursos del repositorio para trabajar el cambio climático.

Los he clasificado según su nivel (“Microsimbiosis”, “Simbiosis” y “Supersimbiosis”) que los hace accesibles a un número mayor o menor de usuarios, siguiendo este orden.

Una vez más desde el Proyecto Simbiosis os animamos a colaborar y subir vuestras actividades para que podáis acceder así a más recursos que os puedan dar ideas o facilitar el trabajo en un momento determinado. Además, la vida colaborativa siempre es una vida más bonita y una vida mejor, ¿no creéis?.

Bueno, sin más dilación, ahí van los estupendos recursos de nuestros compañeros y compañeras: