Esta semana nos ponemos algo más serios y vamos a hablar de nuestra normativa Educativa: La LOMLOE. Como ya sabrás este acrónimo viene de Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. Esta normativa entró en vigor en nuestro país el pasado 19 de enero de 2021. Antes le precedieron ocho leyes: la Ley General de Educación en 1970, la LOECE en el año 1980, la LODE en 1985, la LOGSE en 1990, la LOPEG en el 95, la LOCE en el 2002, LOE en el 2006, la LOMCE en el 2013. 

En este curso 2023-2024 ya se ha terminado de implantar la LOMLOE, ya que el curso pasado sólo lo habían hecho los cursos impares. Lo que se pretende tras su aplicación es proporcionar una educación de calidad, mejorar la equidad y la inclusión, así como proporcionar medidas para la mejora de los resultados académicos. Un ejemplo en la promoción de la inclusión es que la LOMLOE establece el Diseño Universal del Aprendizaje (DUA) como enfoque pedagógico que permite la atención a la diversidad del alumnado y que debe ser aplicado en todas las etapas del proceso de enseñanza. 

Además este nuevo reglamento tiene un claro desarrollo competencial en el que se promueve el long-life-learning o aprendizaje a lo largo de la vida así como las dimensiones recogidas en el informe Sahlework de la Unesco: cómo nos relacionamos con nuestro entorno y con la tecnología. De ahí que esta ley incluya entre sus ejes transversales la educación digital y la educación para el Desarrollo Sostenible. Igualmente cuenta con los objetivos de la Agenda 2030 para la transformación sostenible. Estos ejes transversales son otros de los aspectos destacados de la LOMLOE y se embeben en todo el currículo persiguiendo el desarrollo en valores éticos y democráticos para una mejor integración en la sociedad del alumnado. 

Para lograr todos estos objetivos y finalidades, el currículo LOMLOE es más abierto, lo que proporciona mayor flexibilidad de ahí que con esta normativa sea importantísimo el desarrollo y la concreción curricular que se hace desde las Comunidades y los Centros Educativos. Esto hace que la confianza quede depositada  en los docentes que pueden seleccionar, priorizar y tomar decisiones respecto al aprendizaje, pero a la vez  involucra mayor volumen de trabajo y de coordinación docente. Pues como decimos supone un cambio drástico frente a leyes anteriores, ya que los contenidos quedan más abiertos.  Éstos se desarrollan en saberes básicos o aquellos conocimientos  que son necesarios para adquirir las competencias. Entendiendo como competencias todo el conjunto integrado no sólo de conocimientos sino de capacidades y actitudes que debe adquirir el alumnado.

Para promover el desarrollo competencial, la ley hace especial hincapié en el uso de metodologías activas para conseguir un aprendizaje significativo. Esto que no es nada nuevo, ya lo proponían autores como  Ausubel, Dewey o Vygotsky entre otros. La ley nos propone que aprendan haciendo usando esas metodologías, pero introduciendo además la dimensión social para formar a los ciudadanos del siglo XXI. A este respecto, la LOMLOE nos propone las situaciones de aprendizaje como articuladores del aprendizaje activo. Estas se  definen en la propia Ley y en los reales decretos de enseñanzas mínimas de Infantil ( RD 95/2022), Primaria (RD 157/2022) y de Secundaria (RD 217/2022). En cada uno de estos textos además existe un anexo en los que se enuncian orientaciones para su diseño. 

En esta misma línea las competencias clave que se debe adquirir en cada etapa se concretan en el perfil de salida del alumnado. Recordemos que las competencias clave vienen designadas por la Unión Europea y que en la actualidad las competencias clave para el aprendizaje permanente son: 

• Competencia en lectoescritura
• Competencia multilingüe
• Competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería. 
• Competencia digital 
• Competencia personal, social y de aprender a aprender
• Competencia ciudadana
• Competencia emprendedora 
• Competencia en conciencia y expresión culturales.

Estas competencias son imprescindibles para que el alumnado pueda progresar en las diferentes situaciones de aprendizaje y afrontar los desafíos del siglo XXI, también desarrollados en los reales decretos de enseñanzas mínimas antes mencionados y a los que nos enfrentamos en  esta década 2020-2030. Algunos de estos desafíos ya los nombramos en nuestra introducción como el uso eficaz y ético de las nueva tecnologías o la protección del medioambiente y la vida animal. Pero además contamos con la promoción de la igualdad de género, aprender a cooperar y a vivir en armonía, resolver los conflictos de forma pacífica o desarrollar hábitos de vida saludable. Estos desafíos son los que dan sentido a las situaciones de aprendizaje y nos permiten trabajar desde un planeamiento práctico, fomentando el pensamiento crítico, la resolución de problemas y las habilidades de comunicación entre otros. 

Conjuntamente a estas competencias clave contamos con competencias específicas vinculadas a cada materia o ámbito. En la materia de Biología se trabajan un total de seis competencias específicas, que concretan lo descrito en las competencias clave y el perfil de salida del alumnado. Estas comprenden aspectos relacionados con la interpretación y transmisión de información científica; la localización y evaluación de información científica; la aplicación de las metodologías científicas en proyectos de investigación; la aplicación de estrategias para la resolución de problemas; el análisis y adopción de estilos de vida saludables y sostenibles; y la interpretación geológica del relieve

 Por último, para poder indicar el nivel de desempeño que ha tenido el alumnado en las diferentes situaciones de aprendizaje propuestas tenemos los criterios de evaluación. Estos son el eje del currículo y nos indican el grado de construcción del aprendizaje que podría alcanzar cada alumno en cada uno de los niveles y así adquirir los aprendizajes previstos en la competencia específica al acabar la etapa en la que se encuentra. Además, en su redacción, los criterios de evaluación especifican los procesos, contextos o habilidades que están en juego. 

Finalmente todos estos nuevos conceptos que nos ofrece la LOMLOE están desarrollados en el bloque competencial, que además de dar una explicación gradual específica para el nivel, ejemplifica y desarrolla los aprendizajes que quedan reflejados en el criterio de evaluación, sugiriendo productos, recursos o incluso propuestas metodológicas. 

En definitiva, para poder integrar de forma efectiva todos estos elementos es importantísimo conocerlos y saber cómo trabajar cada uno de ello, por lo que una labor fundamental de todo docente es conocer la legislación educativa vigente. Te animamos a que lo hagas y esperamos que este pequeño resumen te haya ayudado a acercarte a la normativa de una forma más amena. 

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